Description
Respondan a una de cada categoría (una tesis y un tema)—Hay que apoyar sus interpretaciones y conclusiones con argumentos que incorporan evidencia de los textos analizados. recuerden las reglas (libro, documentales y notas abiertas pero el internet no)
TESIS:
Che Guevara, Catalina de Erauso y Cabeza de Vaca escribieron para justificar y defender decisiones hechas en la vida y construyeron sus identidades en transición para justificar cambios en su perspectiva e ideología.
TEMA:
Las máscaras o arquetipos que utilizamos constituyen elementos importantes de nuestras identidades. Pero estas máscaras crean contradicciones u oposiciones dentro del personaje. Elijan un personaje central de los varios estudiados este semestre y hagan un análisis de las contradicciones en este personaje considerando los siguientes aspectos de su identidad: 1) lo físico, 2) lo social, 3) lo cultural, 4) lo espiritual y lo psicológico. También ¿Cómo justifica este personaje los elementos contradictorios en su personalidad? Y ¿Qué similitudes tienes tú con este personaje en cuanto al juego entre contradicciones en tu identidad?
Personaje Central Que Eleji: Che Guevara
Libro: Diarios De Motocicleta
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Diarios de motocicleta
N O T A S
DE
UN
V I A J E
P O R
A M É R I C A L A T I N A
Todo lo trascendente de nuestra empresa se nos escapaba en ese
momento, solo veíamos el polvo del camino y nosotros sobre la
moto devorando kilómetros en la fuga hacia el norte.
ERNESTO CHE GUEVARA
Nueva edición ampliada
Prólogo a la edición por Aleida Guevara
Diarios de motocicleta
ERNESTO CHE GUEVARA
Vivido y entretenido diario de viaje del Joven Che. Esta
nueva edición incluye fotografías inéditas tomadas por
Ernesto a los 23 años, durante su travesía por el continente,
y está presentada con un tierno prólogo de Aleida Guevara,
quien ofrece una perspectiva distinta de su padre, el hombre y el icono de millones de personas.
“Un viaje, una cantidad de viajes. Ernesto Guevara en busca de aventuras, Ernesto Guevara en busca de América, Ernesto Guevara en
busca del Che. En este recorrido de recorridos, la soledad se unió a la
solidaridad, el ‘yo’ se convirtió en ‘nosotros’.”
—EDUARDO GALEANO
“Nuestro film es sobre un hombre joven, el Che, pleno de amor por el
continente y buscando su lugar en él.”
—WALTER SALLES, DIRECTOR DE LA PELÍCULA DIARIOS DE MOTOCICLETA
Publicado en acuerdo con el Centro de
Estudios de Ernesto,Che Guevara, La
Habana, Cuba
ISBN 950-49-1202-8
“Das Kapital se encuentra con Easy Rider.”
TIMES
“Un James Dean o Jack Kerouac latinoamericano.”
WASHINGTON POST
“Un extraordinario relato en primera persona. Si
el mundo llegó a conocer eventualmente al Che
Guevara y su ‘Hombre Nuevo’, en Diarios de
motocicleta vemos al hombre en formación.
Realza su imagen y presta un toque de humanidad con las suficientes aristas como para provocar la controversia.”
LOS ANGELES TIMES BOOK REVIEW
“Por cada escapada cómica del despreocupado
ramplón hay un momento igualmente revelador
en el desarrollo del futuro líder revolucionario. Al
término del viaje, un Guevara politizado ha emergido para predecir su propio futuro legendario.”
TIME
“Hay angustia en estas páginas —la angustia del
Che mismo, siempre reflexivo, siempre dispuesto
a sacrificarlo todo, consumiéndose en la culpa
por sus propios privilegios y no dejando nunca
que sus sufrimientos lo detengan.”
NEW YORKER
“Los Diarios de motocicleta mezclan la observación lírica, la aventura juvenil y el análisis político
Diarios de motocicleta
NOTAS DE UN VIAJE POR AMÉRICA LATINA
ERNESTO
CHE GUEVARA
Diarios de motocicleta
NOTAS DE UN VIAJE POR AMÉRICA LATINA
Prólogo de Aleida March
Introducción de Cintio Vitíer
Planeta
Guevara, Ernesto
Diarios de motocicleta.- 3a ed. – Buenos Aires : Planeta, 2005.
256 p.; 22×14 cm.
ISBN 950-49-1202-8
1. Relatos de Viajes I. Título
CDD 910.4
Diseño de interior: Alejandro Ulloa
© 2003, Centro de Estudios Che Guevara
© 2003 Aleida March
Publicado con permiso de Ocean Press
Prólogo © 2003 Aleida Guevara March
Derechos exclusivos de edición en castellano
reservados para América Latina:
© 2004, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C.
Independencia 1668, C 1100 ABQ, Buenos Aires
www.editorialplaneta.com.ar
3a edición argentina: febrero de 2005
ISBN 950-49-1202-8
Impreso en Grafinor S. A.,
Lamadrid 1576, Villa Ballester,
en el mes de febrero de 2005.
Hecho el depósito que prevé la ley 11.723
Impreso en la Argentina
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta,
puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni
por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de
grabación o de fotocopia, sin el previo permiso escrito del editor.
c o n t e n i d o
Prólogo porAleida Guevara March
9
Prefacio a la primera edición porAleida March
Ernesto Che Guevara
I3
15
Breve cronología de Ernesto Che Guevara
19
Itinerario de los Diarios de motocicleta 25
Introducción por Cintio Vitier 29
Diarios de motocicleta
Entendámonos 51
Pródromos 53
El descubrimiento del océano 55
… Paréntesis amoroso 58
Hasta romper el último vínculo 61
Para las gripes, cama 64
San Martín de los Andes 69
Exploración circunvalatoria 74
Por el camino de los siete lagos 78
Y ya siento flotar mi gran raíz libre
y desnuda… y 81 Objetos curiosos 83
Los expertos 86 Las dificultades aumentan
89 La Poderosa II termina su gira 93
Bomberos voluntarios, hombres de trabajo
y otras yerbas 95 La sonrisa de
La Gioconda 100
Polizones 108
Esta vez, fracaso I 12
Chuquicamata I 16
Kilometraje árido 120
Acaba Chile 124
Chile, ojeada de lejos 127
Tarata, el mundo nuevo 131
En los dominios de la Pachamama 137
E! lago del Sol 143
Hacia el ombligo del mundo 145
El ombligo 149
La tierra del inca 15 I
El señor de los Temblores I 60
El solar del vencedor 162
Cuzco a secas 165
Huambo 169
Siempre al norte i 76
Por el centro peruano 179
Esperanza fallida 184
La ciudad de los virreyes 189
Ucayali abajo 191
El día de San Guevara 195
La Kontikita se rebela 197
Hacia Caracas 199
Este extraño siglo veinte 202
Acotación al margen 206
Apéndices
Perú. Diario del viaje 21 I
Carta desde Colombia 226
P R O L O G O
ALEIDA
GUEVARA
Cuando leí por primera vez estas notas no tenían
formato de libro ni sabía quién las había escrito. Yo era
mucho más joven y de inmediato me identifiqué con la
persona que había narrado con tanta espontaneidad
sus aventuras. Claro que al ir leyendo tuve una idea de
quien era este personaje y me sentí muy feliz de ser su
hija.
No pretendo contarles nada de lo que deben descubrir en esta lectura, pero sin dudas cuando terminen
querrán volver a disfrutar de algunos pasajes, por la belleza que describen o por lo intenso de los sentimientos
que desprenden.
Hubo momentos que literalmente hablando despojé
a Granado de su lugar en la moto y me apreté con fuerzo, a la espalda de papi, viajé junto a él por montañas y
lagos; reconozco que lo dejé solo en algunas ocasiones, sobre todo cuando es capaz de describir tan gráficamente
cosas que hace, que yo no contaría nunca, pero que al hacerlo demuestra una vez más hasta que punto puede ser
un hombre honesto y poco convencional.
Si tengo que ser sincera, debo decir que al leer me
fui enamorando del muchacho que mi padre había sido.
No sé si compartirán conmigo esas sensaciones, pero a lo
largo de la lectura voy conociendo mejor al joven Ernesto, el que parte de la Argentina con deseos de aventuras
y sueños de hazañas personales y que al ir descubriendo
la realidad de nuestro continente va madurando como
ser humano y se va desarrollando como ser social.
Poco a poco percibimos como van cambiando los
sueños y las ambiciones; va captando el dolor y las preocupaciones de otros muchos y permite que todo esto comience a entrar dentro de él.
El joven que al inicio nos hace sonreír con sus disparates y locuras, nos va sensibilizando al narrar el complejo mundo del indígena latinoamericano, la pobreza en
que viven, la explotación a que son sometidos. A pesar de
todo no abandona el humor que llevó siempre consigo,
pero aquí es diferente, es más sutil, más fino.
Mi padre, “ese, el que fue”, nos muestra la América
Latina que pocos conocemos, describe los paisajes con
palabras que colorean la imagen que llega a nuestros
sentidos, vamos viendo las cosas que han quedado en su
retina.
Su prosa es fresca, usa palabras que nos permiten
sentir sonidos que jamás hemos escuchado, logra compenetrarnos con el medio, ese que golpea con su hermosura
y rudeza al ser romántico, que sin perder la ternura va
fortaleciendo su anhelo revolucionario y sedimentando
la conciencia de que lo que más necesitan los hombres
humildes no son sus conocimientos científicos como galeno, sino sobre todo sus fuerzas y persistencia para provocar un cambio social tal que les permita vivir con la dignidad que fue robada y mancillada durante siglos.
Este joven aventurero con ansias de conocimientos y
una gran capacidad para amar nos muestra cómo la
10
realidad bien interpretada puede calar en un ser humano hasta el punto de ir transformando su manera de
pensar.
Lean estas notas, que fueron escritas con tanto
amor, soltura y sinceridad que son las que más cerca me
hicieron sentir de mi padre. Espero las disfruten y deseo
que puedan viajar junto a él.
Si alguna vez tienen la oportunidad de seguir realmente sus pasos descubrirán con tristeza que muchas cosas continúan igual o todavía peor. Esto significa un reto para todos los que, como este joven, que años después
fuera el Che, nos hemos sensibilizado con la realidad que
golpea a los más desposeídos y nos hemos comprometido
con la necesidad de ayudar a construir un mundo más
justo.
Los dejo ya con el hombre que conocí y al que amo
intensamente por esa fuerza y ternura que demostró al
vivir.
¡Buena lectura! ¡Hasta siempre!
Aleida Guevara March
II
P R E F A C I O
a la primera edición
Los diarios de viaje de Ernesto Guevara, transcriptos
por el Archivo personal del Che en La Habana, relatan las
dificultades, vicisitudes y la increíble aventura del viaje
de descubrimiento de un joven a través de América Latina. Ernesto comenzó a escribir estos diarios cuando, en diciembre de 1951, partió junto con su amigo Alberto Granado desde Buenos Aires para emprender un viaje largamente esperado, bajando por la costa atlántica de la Argentina, cruzando a través de la Pampa y los Andes, y entrando en Chile, y luego desde Chile al norte hacia Perú y
Colombia, y finalmente a Caracas.
Estas experiencias fueron escritas más tarde por
Ernesto mismo como un relato, ofreciendo al lector un
conocimiento más profundo de la vida del Che, especialmente en un momento en el que se lo conocía poco, y revelando detalles de su personalidad, pasado cultural y
habilidades narrativas — la génesis de un estilo que se
desarrollará en sus trabajos posteriores. El lector también puede comprobar el increíble cambio que se desa13
rrolla en su interior a medida que descubre América Latina, llega a su corazón mismo y desarrolla un sentido
cada vez más profundo de una identidad latinoamericana que lo convierte en un precursor de la nueva historia
de América.
Aleida March, 1993
Archivo personal del Che
La Habana, Cuba
14
ERNESTO CHE GUEVARA
Elegido como uno de los “iconos del siglo”por la revista Time, Ernesto Guevara de la Serna nació en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928. Realizó varios viajes por América Latina durante e inmediatamente después de terminar sus estudios de medicina en Buenos Aires, incluyendo su viaje de 1952 con Alberto Granado, sobre la endeble motocicleta Norton descrita en este diario
de viaje.
Había comenzado ya a involucrarse en la actividad
política y vivía en Guatemala cuando, en 1954, el gobierno elegido de Jacobo Arbenz fue derrocado por una operación militar organizada por la CÍA. Ernesto escapó a
México, profundamente radicalizado.
A partir de un contacto que tenía en Guatemala,
Guevara rastreó al grupo de revolucionarios cubanos que
se encontraba exiliado en la Ciudad de México. En julio de 1955 conoció a Fidel Castro y se incorporó inmediatamente a la expedición guerrillera para derrocar al
dictador cubano Fulgencio Batista. Los cubanos lo apodaron “Che”, una forma de apodo común para los argentinos.
El 25 de noviembre de 1956 Guevara se embarcó ha15
cia Cuba a bordo del yate Granma como médico del grupo guerrillero que comenzó la lucha armada revolucionaria en las montañas cubanas de Sierra Maestra. Al cabo de algunos meses, llegó a ser el primer comandante
del Ejército Rebelde, aunque continuó impartiendo cuidados médicos tanto a los combatientes guerrilleros como a los soldados del ejército de Batista capturados que
se encontraban heridos.
En septiembre de 1958, Guevara jugó un rol decisivo en la derrota militar de Batista luego de que él y Camilo Cienfuegos condujeran columnas de guerrilleros separadas hacia el oeste de la Sierra Maestra.
Después de la huida de Batista el 1 de enero de 1959,
Guevara se transformó en un líder clave del nuevo gobierno revolucionario, primero como jefe del Departamento
Industrial del Instituto Nacional de Reforma Agraria;
luego como presidente del Banco Nacional. En febrero de
1961 asumió como Ministro de Industria. También fue un
líder clave de la organización política que en 1965 devino
Partido Comunista de Cuba.
Además de estos cargos, Guevara representó al gobierno revolucionario cubano en todo el mundo, liderando numerosas delegaciones y hablando en las Naciones
Unidas y otros foros internacionales en Asia, África, América Latina y en los países del bloque socialista. Adquirió
la reputación de ser un portavoz apasionado y elocuente
de los pueblos del Tercer Mundo, especialmente en la conferencia que tuvo lugar en Punta del Este, Uruguay, en
donde condenó la Alianza para el Progreso del presidente norteamericano Kennedy.
Como había sido su intención desde que se había incorporado al movimiento revolucionario cubano, Guevara dejó Cuba en abril de 1965, en un primer momento
16
para dirigir una misión guerrillera en apoyo de la lucha
armada revolucionaria en el Congo. Volvió a Cuba de incógnito en diciembre de 1965, para preparar otro ejército guerrillero para Bolivia. Cuando llegó a Bolivia en
noviembre de 1966, el plan de Guevara era enfrentarse a
la dictadura militar de ese país y eventualmente promover un movimiento revolucionario que se extendería a lo
largo del continente latinoamericano. Fue herido y capturado por tropas bolivianas de contrainsurgencia entrenadas y dirigidas por los Estados Unidos, el 8 de octubre de 1967. Al día siguiente fue asesinado y su cuerpo
fue ocultado.
Los restos del Che Guevara fueron finalmente descubiertos en 1997 y devueltos a Cuba. Se erigió un monumento conmemorativo en Santa Clara, en la Cuba Central, en donde el Che había obtenido un importante triunfo militar durante la guerra revolucionaria.
17
Bre ve cronología de
ERNESTO CHE GUEVARA
1928
Ernesto Guevara nace el 14 de junio en Rosario, Argentina. Es el hijo mayor de padres de clase media, Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna.
1932
La familia Guevara se traslada de Buenos Aires a
Alta Gracia, un pueblo serrano cercano a Córdoba, debido al asma crónico de Ernesto. El asma también le impide asistir con regularidad al colegio hasta que cumple
los nueve años.
1948
Cambiando su plan inicial de estudiar ingeniería,
Ernesto se matricula en la escuela de medicina de la
Universidad de Buenos Aires, mientras obtiene varios
empleos a tiempo parcial, incluyendo uno en una clínica
de tratamientos alérgicos.
1950
Ernesto parte a realizar un viaje de 4.500 kilómetros por el norte de la Argentina sobre una motocicleta.
19
1951-52
En octubre de 1951, Ernesto y su amigo Alberto Granado idean un plan para conducir la motocicleta de Alberto (La Poderosa II — La Fuerte) a Norteamérica. Granado es un bioquímico que se había especializado en leprología y cuyos hermanos menores habían sido compañeros de
colegio de Ernesto. Parten desde Córdoba en diciembre, dirigiéndose primero a despedir a la familia de Ernesto en
Buenos Aires. Las aventuras experimentadas durante este
viaje, escritas por Ernesto durante y después del viaje, son
el material de este libro.
1953
Ernesto se gradúa de médico y casi inmediatamente
se embarca en otro viaje por América Latina que incluye a
Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica y Guatemala, en donde conoce a Antonio (Ñico) López, un joven
revolucionario cubano. En Bolivia, es testigo de la Revolución Boliviana. El relato de estos viajes fue publicado
por vez primera en Otra Vez.
1954
Las opiniones políticas de Ernesto se radicalizan
profundamente cuando en Guatemala observa el derrocamiento del gobierno democráticamente electo de Jacobo Arbenz por parte de fuerzas respaldadas por los Estados Unidos. Escapa a México, en donde se pone en contacto con el grupo de exiliados cubanos revolucionarios.
En México contrae matrimonio con la peruana Hilda
Gadea, con quien tiene una hija, Hildita.
1955
Después de conocer a Fidel Castro, acepta integrar el
grupo que se estaba organizando para librar un guerra de
guerrillas contra la dictadura de Batista. Ya conocido co20
mo el “Che” por los cubanos, se embarca como el médico
del grupo a bordo del yate Granma en noviembre de 1956.
1956-58
Muy pronto, el Che demuestra una sorprendente habilidad militar y es promovido al rango de comandante
en julio de 1957. En diciembre de 1958, lidera el Ejército Rebelde hacia una victoria decisiva sobre las fuerzas
de Batista en Santa Clara, Cuba Central.
1959
En febrero, el Che es declarado ciudadano cubano
en reconocimiento a su contribución para la liberación
de la isla. Contrae matrimonio con Aledia March, con
quien tiene cuatro hijos. En octubre, es designado al frente del Departamento Industrial del Instituto de Reforma
Agraria (INRA) y en noviembre asume como presidente
del Banco Nacional de Cuba en donde, con un gesto de
desdén, firma los nuevos billetes de banco simplemente
como “Che”.
1960
Como representante del gobierno revolucionario, el
Che realiza un viaje extenso por la Unión Soviética, la
República Democrática de Alemania, Checoslovaquia,
China y Corea del Norte, firmando varios acuerdos comerciales clave.
1961
El Che es designado al frente del recientemente establecido Ministerio de Industria. En agosto, lidera la
delegación cubana para la Organización de los Estados
Americanos (OEA) en Punta del Este, Uruguay, en donde denuncia la Alianza para el Progreso del presidente
Kennedy.
21
1962
Se produce una fusión de las organizaciones revolucionarias cubanas y el Che es elegido para integrar el Directorio Nacional.
1963
El Che viaja a Algeria, que había obtenido su reciente independencia de Francia bajo el gobierno de Ahmed Ben Bella.
1964
Antes de partir hacia un extenso viaje por el África,
el Che se dirige a la Asamblea General de las Naciones
Unidas en diciembre.
1965
El Che dirige una misión internacional al Congo
para apoyar el movimiento de liberación fundado por
Patrice Lumumba. Como respuesta a la creciente especulación en torno al paradero del Che, Fidel Castro lee una
carta de despedida del Che al Comité Central del recientemente constituido Partido Comunista Cubano. En diciembre, el Che regresa a Cuba para preparar secretamente una nueva misión a Bolivia.
1966
El Che llega de incógnito a Bolivia en noviembre.
1967
En abril, el “Mensaje al Tricontinental” del Che es
publicado, convocando a la creación de “Dos, tres, muchos Vietnam”. El mismo mes, una parte de su grupo guerrillero se desvincula del cuerpo principal. El 8 de octubre caen en una emboscada los restantes 17 guerrilleros
y el Che es herido y capturado. Al día siguiente es asesinado por fuerzas bolivianas que actúan bajo instrucciones de Washington. Sus restos son enterrados en una
tumba sin nombre junto a los cuerpos de varios otros
22
combatientes guerrilleros. El 8 de octubre es designado
Día del Guerrillero Heroico en Cuba.
1997
Los restos del Che son finalmente localizados en Bolivia y devueltos a Cuba, en donde se colocan en un monumento conmemorativo en Santa Clara.
23
MAPA DEL ITINERARIO
ITINERARIO DE LOS
DIARIOS DE MOTOCICLETA
Argentina
Córdoba, diciembre de 1951.
De Buenos Aires salen el 4 de enero de 1952.
Villa Gesell, 6 de enero.
Miramar, 13 de enero.
Necochea, 14 de enero.
Bahía Blanca, 16 de enero y salen el 21.
Rumbo a Choele Choel, 22 de enero.
Choele Choel, 25 de enero.
Piedra del Águila, 29 de enero.
San Martín de los Andes, 31 de enero.
Nahuel Huapi, 8 de febrero.
Bariloche, 11 de febrero.
Chile
Peulla, 14 de febrero. Térmico,
18 de febrero. Lautaro, 21 de
febrero. Los Angeles, 27 de
febrero. Santiago de Chile, 1o de
marzo.
25
Valparaíso, 7 de marzo.
A bordo del San Antonio, 8-10 de marzo.
Antofagasta, 11 de marzo.
Baquedano, 12 de marzo.
Chuquicamata, 13-15 de marzo.
Iquique, 20 de marzo.
Empresa salitrera de Toco.
Empresas salitreras: La Rica Aventura y Prosperidad.
Arica, 22 de marzo.
Perú
Tacna, 24 de marzo.
Tarata, 25 de marzo.
Puno, 26 de marzo; van al lago Titicaca.
Navegan el lago Titicaca el 27 de marzo.
Juliaca, 28 de marzo.
Sicuani, 30 de marzo.
Cuzco, 31 de marzo.
■Salen para Machu Picchu, 3 de abril.
■Machu Picchu, 5 de abril.
Cuzco, 6-7 de abril.
-Abancay, 11 de abril.
-Huancar ama, 13 de abril.
-Huambo, 14 de abril.
-Huancarama, 15 de abril.
-Andahuaylas, 16-19 de abril.
-Huanta.
-Ayacucho, 22 de abril.
-Huancayo.
■
La Merced, 25-26 de abril.
-Entre Oxapampa y San Ramón, 27 de abril.
-San Ramón, 28 de abril.
26
Tarma, 30 de abril.
Lima, 1o de mayo (salen de Lima el 17 de mayo).
Cerro de Pasco, 19 de mayo.
Pucallpa, 24 de mayo.
A bordo de La Cenepa, 25 de mayo.
Por el Amazonas, 26-27 hasta el 31 de mayo.
Iquitos, 1o de junio hasta el 5.
A bordo de El Cisne (navegando por el Amazonas
rumbo a la leprosería de San Pablo), 6-7 de junio.
Leprosería de San Pablo, 8-19 de junio (salen el
20).
A bordo de la balsa Mambo-Tango por el
Amazonas, 21 de junio.
Colombia
Leticia, 23 de junio hasta el 1o de julio (salen el 2
de julio en avión).
Estancia de tránsito en Tres Esquinas, 2 de julio.
Madrid. Aeropuerto militar a 30 km de Bogotá.
Bogotá, 2-10 de julio.
Cúcuta, 12-13 de julio.
Venezuela
San Cristóbal, 14 de julio.
Entre Barquisimeto y Corona, 16 de julio.
Caracas, 17-26 de julio.
27
INTRODUCCIÓN
C I N T I O V I T I E R
Si un héroe de las gestas libertarias latinoamericanas, de Bolívar a nuestros días, ha sido atractivo
para las juventudes, no sólo nuestras, sino del mundo
entero, ése es Ernesto Che Guevara.
Ni siquiera la condición de mito contemporáneo
que alcanzara su figura más allá de la muerte pudo
restarle —antes bien le acreció— esa vitalidad juvenil que parece constituir, junto con la audacia y la
pureza, el secreto de su carisma. Llegar a la categoría de mito supone una cierta hieratización de la
persona que se torna símbolo y bandera de tantas
dispersas y vehementes esperanzas. Bueno es que
así sea, porque la utopía histórica necesita rostros
que la encarnen. Pero bueno es también que no perdamos de vista la cotidianidad formadora de esos
hombres que fueron niños, adolescentes, jóvenes,
hasta encenderse con el fulgor de los guías. Y no porque pretendamos disolver su excepcionalidad en lo
que sus vidas pudieron tener de común o familiar,
sino porque el conocimiento de esas primeras etapas
formativas nos da precisamente acceso al arranque
29
prístino de su trayectoria posterior. Todo lo cual resulta especialmente cierto y comprobable en el caso
del Che, cuyo relato de aquel primer viaje que inició
teniendo veintitrés años, con su amigo Alberto Granado, ha de ofrecer a los jóvenes de corazón la imagen jovial, divertida y seria, mordaz y cercanísima
hasta casi sentir la risa, el tono de voz o el jadeo del
asma, de un joven como ellos que supo llenar de juventud toda su vida, que supo madurar su juventud
sin marchitarla. A los jóvenes de corazón, no de mera
cronología, va dedicada la edición de los apuntes de
este viaje incondicionado, libre como el viento, sin
otro propósito que conocer mundo, jinetes los dos
amigos en la rugiente moto nombrada Poderosa II,
que rindió el ánima en mitad de la aventura, pero le
comunicó el alegre impulso que llega hasta nosotros
y va a perderse en el horizonte americano.
Quien iba a ser uno de los héroes del siglo XX
nos advierte al comienzo de estas páginas: “No es éste
el relato de hazañas impresionantes”.1 La palabra
“hazañas”, sin embargo, queda vibrando encima de
las otras, porque no podemos ya leer estas páginas
sino desde su propio futuro, desde la imagen que se
halló a sí misma en la Sierra Maestra y alcanzó su
máxima perfección en la Quebrada del Yuro. Si la
aventura juvenil no hubiera sido el preludio de la
formación revolucionaria, estas páginas serían distintas, las leeríamos de otro modo que no podemos
imaginar. Basta saber que son del Che, aunque las
escribiera antes de ser el Che, para que las leamos
como en el fondo él ya presentía que deberían leerse,
cuando nos dice:
30
El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina, el que las ordena y pule yo, no soy yo, por lo menos no soy el mismo yo interior. Ese vagar sin rumbo por nuestra “Mayúscula
América” me ha cambiado más de lo que creí.
Se trata, pues, del testimonio —el negativo fotográfico, dice también—, de una experiencia de cambio, de metanoia, de primera “salida” quijotesca a su
manera seminconsciente —como va a serlo a plenitud
la última—, hacia el mundo exterior que paradójicamente será, como en el Quijote, el ámbito mismo de la
conciencia. Un viaje, pues, del “espíritu soñador” hacia la toma de conciencia, que en principio, y con la
perfecta lógica de lo imprevisible, se proyectaba hacia
Norteamérica, como en efecto lo fue, definitivamente:
hacia el “negativo fotográfico” de Norteamérica que
es el Sur de la pobreza y el desamparo americanos, y
hacia el conocimiento real de lo que Norteamérica
significa para nosotros, desde nosotros. “Todo lo trascendente de nuestra empresa se nos escapaba en ese
momento, sólo veíamos el polvo del camino y nosotros
sobre la moto devorando kilómetros en la fuga hacia
el norte”. Y ese “polvo del camino” ¿no era en verdad,
sin saberlo todavía él, el mismo polvo que viera Martí
viajando de la Guaira a Caracas “en vulgar cochecillo”? ¿No era el quijotesco polvo en que se le aparecían los fantasmas de la redención americana, “la natural nube de polvo que debió levantar, al caer al suelo, nuestro terrible manto de cadenas”?2
Pero Martí entonces venía del Norte y el Che iba
hacia sí mismo, entreviendo sólo, a través de anécdotas y estampas, su destino.
31
Comeback, el perrito que se nos presenta tan
gracioso y con “impulsos de aviador” saltando de la
moto de Villa Gesell a Miramar, medio Celestino de
Chichina por más señas, reaparece en la Sierra Maestra como el cachorro mascota al que hay que ahorcar
por sus “histéricos aullidos” durante la emboscada,
que se frustró, a Sánchez Mosquera. Misterioso nombre el de ese lugar: Agua Revés. “El cachorro, tras un
último movimiento nervioso, dejó de debatirse. Quedó
allí, esmirriado, doblada su cabecita sobre las ramas
del monte”. Pero al final de este episodio de Pasajes de
la Guerra Revolucionaria (1963), descansando en el
caserío de Mar Verde, otro perro aparece:
Félix le puso la mano en la cabeza, el perro lo miró; Félix lo miró a su vez y nos cruzamos algo así como una mirada culpable. Quedamos repentinamente
en silencio. Entre nosotros hubo una conmoción imperceptible. Junto a todos, con su mirada mansa, picaresca, con algo de reproche, aunque observándonos
a través de otro perro, estaba el cachorro asesinado.3
Era Comeback que volvía, haciéndole honor a su
nombre, recordándonos también lo que dijera Ezequiel Martínez Estrada, nuestro otro gran argentino,
del Diario de campaña de Martí:
Esas emociones, esas sensaciones no pueden describirse ni expresarse en el lenguaje de los poetas y los
pintores, los músicos y los místicos:pueden ser (…) absorbidos sin respuesta como los animales con sus ojos
contemplativos y absortos.4
32
La confrontación de Pasajes de la Guerra Revolucionaria con las presentes Notas de viaje, no obstante
los más de diez años transcurridos, nos revelan que
éstas son el modelo o patrón literario de aquéllos. La
misma sobriedad, la misma lisura, el mismo frescor
ágil, idéntica concepción de los momentos que deben
darle unidad a cada breve capítulo, y desde luego el
mismo pulso imperturbable que acepta lo risueño y lo
trágico sin distenderse ni crisparse.
No se busca el acierto, sino la fidelidad a la experiencia y la eficacia narrativa. Logradas ambas, el
acierto viene solo, se sitúa en su lugar imposesivo,
no deslumhra ni estorba: contribuye. Aquí está formado ya, con escasos tanteos o vacilaciones, el estilo del Che, que los años únicamente pulirán como él
pulió su voluntad con la delectación de un artista,
pero no de un artista de las letras: un callado pudor
lo obliga a no detenerse demasiado en ellas, pasar
con ella hacia la poesía de la imagen desnuda, devuelta con mínimo toque —imprescindible—, a la
realidad. El círculo “yo-ello-en mí”, se cierra y abre
continuamente sin densificarse nunca, alojando un
estilo que prefiere ignorarse, portador de las cosas
que está diciendo sin que pierdan aquí (en estas Notas…), su novedad o su guiño, allá (en los Pasajes…),
su peso, giro, deslumbre, mas pasadas a la imperceptible ingravidez del relato. Entre la sensación
anotada (“el empecinado asesino dejaba un rastro de
ranchos quemados, de tristeza hosca…”)5 y el relato
que se persigue a sí mismo (“mi boca narra lo que
mis ojos le contaron”), fluye la prosa en la página y
a veces, desde ella, nos mira.
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Prosa de los ojos, de gran visualidad, dibujante
hasta donde la vista alcanza, con el toque interior
cuando el paisaje mismo lo contiene:
El camino serpentea entre los cerros bajos que
apenas señalan el comienzo de la gran cordillera y va
bajando pronunciadamente hasta desembocar en el
pueblo, tristón y feúcho, pero rodeado de magníficos
cerros poblados de una vegetación frondosa.
En el episodio del robo frustrado del vino, como
en otros que espontáneamente van a unirse al linaje
de la picaresca tradicional, no faltan preciosismos de
dicción:
repasando mentalmente las sonrisas con que se
acogían mis morisquetas de borracho para encontrar
en alguna la ironía sobradora del ladrón.
Lo extraño vuelve. En “Exploración circunvalatoria”: “La noche oscura nos traía mil ruidos inquietantes y una extraña sensación de vacío a cada paso que
dábamos en la oscuridad”. En Pasajes de la guerra…
“Aquí, en la emboscada, sucedió un minuto de extraño
silencio; cuando fuimos a recoger los muertos, luego
del primer tiroteo, en el camino real no había nadie…”
Las imágenes generalmente irrumpen con la plenitud y mudez propias del mundo del ver:
La enorme figura de un ciervo cruzó como exhalación el arroyo y su figura plateada por la luna saliente se perdió en la espesura. Un palpetazo de “naturaleza” nos dio en el pecho… (“Exploración…”).
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Su voz y su presencia en el monte, alumbrado por
las antorchas, adquirían tonos patéticos y se notaba
cómo muchas gentes cambiaban de idea por la opinión de nuestro líder. (Pasajes…) 6
No obstante aludirse a la voz y al tono, la escena
nos parece muda o como vista de muy lejos, pero sobre todo vista.
Parecido silencio envuelve, en las notas de este
viaje, a los varios episodios quijotescos o chaplinescos
que nos cuentan, como el ya citado del robo del vino,
la persecución nocturna de los dos jóvenes “por un enjambre de bailarines enfurecidos”, los mismos jóvenes enrolados en un carro de bomberos peruanos, la
deliciosa aventura de los melones y su flagrante huella sobre las olas, ola enigmática de la foto imposible
en un rancho pobrísimo de un cerro caraqueño.
El semifinal de la Poderosa II está dicho con gran
eficacia cinematográfica:
…por unos momentos no vi nada más que formaciones semejantes a vacunos que pasaban velozmente
por todos lados mientras la pobre Poderosa aumentaba su velocidad impulsada por la fuerte pendiente.
La pata de la última vaca fue todo lo que tocamos
—por un verdadero milagro— y, de pronto, apareció a
lo lejos un río que parecía atraernos con una eficacia
aterradora. Largué la moto contra el costado del camino y subió los dos metros de desnivel en un santiamen, quedando incrustada entre dos piedras y nosotros ilesos.
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Todo como ocurriendo sólo para nuestros ojos,
dentro de un silencio fílmico.
Estas aventuras juveniles, veteadas de jocundia,
humor y frecuente autoironía, no van en busca del
“paisajismo” sino del “espíritu del monte”. Por eso en
el capítulo titulado “Por el camino de los siete lagos”
leemos:
…pero ocurre un hecho curioso: se produce un
empalagamiento de lago y bosque y casita solitaria
con jardín cuidado. La mirada superficial tendida
sobre el paisaje, capta apenas su uniformidad aburrida sin llegar a ahondar en el espíritu mismo del
monte…
Ese “espíritu” se dio, de golpe, en la aparición
súbita del mentado ciervo: “Caminábamos despacio
temerosos de interrumpir la paz del santuario de lo
agreste en que comulgábamos ahora”. Se borra aquí
la ironía dedicada al tópico religioso: “El domingo
por la promesa del asau, fue esperado con una unción religiosa por ambos ayudantes”. Muertos de risa
saldrían de una iglesita a la que no entraba Cristo
por más que desde el pulpito lo invitara y anunciara la retórica vacía de una cura infeliz. En cambio, sin ser creyentes, en lo agreste podían sentir la
presencia metafórica de un “santuario” donde comulgar con el “espíritu” de la naturaleza revelada.
Lo que enseguida nos recuerda imágenes análogas
de Martí (que sí fue un creyente libre), como ésta de
sus Versos sencillos: “Busca el obispo de España /
Pilares para su altar; / ¡En mi templo, en la montaña, / El álamo es el pilar!”7
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Ya en Valparaíso, el 7 de marzo de 1952, ocurre el
encuentro frontal con la injusticia encarnada en una
víctima: la vieja asmática clienta del boliche La Gioconda:
La pobre daba lástima, se respiraba en su